Por favor, no insultes.

Tal vez haya sido uno de los feedbacks más surrealistas que he tenido que dar.

Varias personas del equipo me habían comentado esta situación: había una persona que se dedicaba a insultar, con palabras nada suaves, a otros compañeros que trabajaban desde otra sede de la empresa. Y esto les resultaba incómodo y obviamente nada aceptable.

Algunas llevaban tan solo unos meses en el equipo y escuchar estos improperios les hacía cuestionarse si realmente los de la otra sede serían así de malos. Tenía que pararlo.

Y, ¿cómo se le dice a alguien algo tan obvio como «no insultes»?

Pues diciéndolo.

No puedes insultar. En tu cabeza puedes pensar lo que quieras. En tu casa, cuando estás teletrabajando, puedes gritar lo que te dé la gana. Pero en la oficina y en los chats de trabajo no puedes insultar.

Consejo de Tania: por favor, no insultes.

Si hay algo que puede tirar por la borda un trabajo brillante, es una actitud lamentable. Y no cuentes conmigo para que te ayude a conseguir un ascenso.

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Me llamo Tania. Soy manager humanista y me dedico a ayudar a las personas a conseguir el reconocimiento profesional que merecen.

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